Mermeladas caseras- Las reglas de oro

mermeladas caseras
Selección de frutas: Para conseguir el mejor resultado a la hora de preparar una mermelada casera es fundamental escoger productos de primera calidad. Rechaza siempre aquellas frutas que estén dañadas o demasiado blandas. A veces nos vemos tentados a utilizar las que se nos quedan algo pasadas.

Limpieza: Mete las frutas en un colador bajo el grifo del agua fría y lávalas con rapidez para que no se pierdan sus beneficiosas vitaminas.

Preparación: Pela, trocea, o deja entera la fruta. Pésala a continuación para calcular la proporción de azúcar necesaria. Será 750 gr aproximadamente por cada kg de fruta. Pero ten siempre en cuenta que las frutas ácidas exigen la misma cantidad de azúcar que de pulpa.

Cocción: Puedes preparar primero el almíbar con el líquido y el azúcar, introduciendo después la fruta o introducir todos los ingredientes a la vez y ponerlos al fuego en un recipiente. Después retira todas las impurezas de la superficie con una espumadera y cuece la mezcla a fuego más lento.

Envasado: Distribuye la preparación llenando con un cazo y un embudo de boca ancha los tarros hasta 1 o 2 cm de la embocadura. Limpia a continuación los bordes. Ciérralos herméticamente.

Esterilización: Pon los tarros en una cazuela amplia con el fondo, cubierto con un paño de cocina doblado para evitar el contacto directo con el foco de calor. Coloca los tarros envueltos con papel o tela. Vierte el agua y hiérvelos 10 minutos.

Etiquetado: Ponles una etiqueta que indique el contenido y la fecha de envasado. Las conservas deben guardarse en un lugar seco, fresco y oscuro para evitar que se estropeen.

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