Energia y Contemplacion

Sintoniza con la fuerza de la vida: el chi
Todos somos capaces de desarrollar una mayor sensibilidad hacia la energía, el espíritu de carga divina que nos da vida a nosotros y a nuestros hogares.

Aquello que moldea nuestras emociones, define nuestros estados de ánimo, sustenta nuestra fuerza y alimenta nuestro ser es una fuerza de vida intangible.

Cuando nacemos, nuestro espíritu es puro y nuevo, pero a medida que crecemos y nos hacemos adultos y mayores, va adquiriendo tonalidades derivadas de nuestras experiencias en la vida. Algunos de estos colores expanden nuestros horizontes, otros nos debilitan.

Con el tiempo, la energía de la casa se va volviendo añeja y se debilita. El agotamiento aparece cuando se acumula el chi yin, que engulle la vitalidd del chi yang.


A menos que la energía del hogar se revitalice, el chi se estanca, lo que provoca el agotamiento y el sopor de sus ocupantes. Su vitalidad se resiente: la buena suerte se ve atrapada en una espiral negativa en la que, en el mejor de los casos, el aburrimiento pasa a estar a la orden del día y, en el peor, se padecen desgracias, enfermedades y accidentes serios. En estas casas, la felicidad se convierte en un hecho inaudito.

Inspira la energía de la mañana
Uno de los rituales purificadores más potentes consiste en inhalar el chi fresco de la mañana. Inspirar la energía matutina es una preparación excelente para todo lo que harás durante el día con el objetivo de despejar y limpiar tu casa.

Para inhalar la energía de la mañana, sal al exterior, en un lugar donde puedas ver el cielo y sentir el aire. Si vives en un piso, colócate delante de una ventana abierta o en el balcón, si tienes. Para extraer el chi del sol naciente es mejor estar al aire libre. Si tienes jardín, sal fuera para darte el baño matutino de energía fresca y renovadora. Busca la parte este del jardín o colócate en un rincón tranquilo del mismo mirando hacia el este.

¿Cómo aumentar tu chi?
  1. Relaja el cuerpo y coloca las piernas separadas a una distancia equivalente a la de tus hombros.
  2. Junta y cierra las manos fuertemente, pero mantén los dos dedos índice apuntando hacia arriba.
  3. Con los dedos en esa posición, estira ambos brazos hacia arriba, por encima de tu cabeza. A medida vayas subiendo los brazos, inspira por la nariz.
  4. Siente cómo tu pecho se abre a medida que se va llenando de aire. Al estar orientado hacia el este, sentirás que el sol de la mañana te ilumina con un brillo suave.
  5. Inclínate hacia delante y deja que los brazos caigan entre tus piernas. Expira por la boca. Relájate mientras realizas el estiramiento.
  6. Repite este ejercicio 10 veces.
Todo lo que aquí se detalla está recogido en el libro “168 trucos de Feng Shui”, de Lillian Too, fuente de todos nuestros consejos sobre Feng Shui y cuya propiedad intelectual El Escaparate de Rocam respeta.

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