El momento de la comida, cuando familiares y amigos se reúnen en torno a la mesa, es uno de los preferidos para ejercitar con mayor intensidad la convivencia y la relación con los demás.
Aún hoy, compartir los alimentos es la expresión máxima de la amistad. De hecho los almuerzos o cenas se aprovechan para charlar con detenimiento y favorecer un intercambio relajado de impresiones, ya sea en el ámbito profesional, familiar, entre amigos...
Formas de mesas
En principio, la forma ideal de mesa es la redonda, por ser la que aleja menos a unas personas de otras y la que permite conversar de forma más fluida y variada entre todos los presentes. Las mesas redondas facilitan el contacto visual y la charla entre los comensales. Un grupo de 8 o 10 personas es la solución ideal. Para más personas, es preferible una mesa con forma ovalada antes que una con esquinas o ángulos. Las mesas cuadradas no son convenientes para ocasiones formales pues favorecen las conversaciones aisladas y no facilita la interacción del resto de comensales.
También es importante y condiciona de manera notable la situación, el espacio en que se colocará la mesa: ¿Cómo es la habitación, qué posición ocupará aquella respecto a las puertas y ventanas, que tipo de iluminación y por qué lado se recibirá, qué objetos o muebles verán los comensales desde el lugar en que se sienten, etc?
Estos detalles son los que ponen de manifiesto el estilo en la organización de un almuerzo. Un buen anfitrión siempre estará pendiente de ellos.
Aún hoy, compartir los alimentos es la expresión máxima de la amistad. De hecho los almuerzos o cenas se aprovechan para charlar con detenimiento y favorecer un intercambio relajado de impresiones, ya sea en el ámbito profesional, familiar, entre amigos...
Formas de mesas
En principio, la forma ideal de mesa es la redonda, por ser la que aleja menos a unas personas de otras y la que permite conversar de forma más fluida y variada entre todos los presentes. Las mesas redondas facilitan el contacto visual y la charla entre los comensales. Un grupo de 8 o 10 personas es la solución ideal. Para más personas, es preferible una mesa con forma ovalada antes que una con esquinas o ángulos. Las mesas cuadradas no son convenientes para ocasiones formales pues favorecen las conversaciones aisladas y no facilita la interacción del resto de comensales.
También es importante y condiciona de manera notable la situación, el espacio en que se colocará la mesa: ¿Cómo es la habitación, qué posición ocupará aquella respecto a las puertas y ventanas, que tipo de iluminación y por qué lado se recibirá, qué objetos o muebles verán los comensales desde el lugar en que se sienten, etc?
Estos detalles son los que ponen de manifiesto el estilo en la organización de un almuerzo. Un buen anfitrión siempre estará pendiente de ellos.
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