Salsas calientes

Las bases que constituyen la gran mayoría de las salsas calientes son una mezcla cocida de harina dorada en aceite o mantequilla, a la que se añade un líquido que puede ser vino blanco, leche, caldo, etc, que se denomina roux, unido a un caldo obtenido de la cocción de carne, verduras o pescados, todo ello es conocido como fondo. La mayor parte de las salsas calientes deben ser conservadas al baño María hasta el momento de servirlas.

Entre las salsas calientes las más utilizadas en nuestro país quizá sean la bechamel y la de tomate, aunque hay otras muchas, igual de sabrosas, que combinan con muy distintos alimentos. La salsa española es, sin duda, también una de las más populares de nuestras salsas calientes. Esta salsa, que los franceses llaman "fonds brun", accedió al país vecino por los cocineros de María Teresa de Austria cuando se casó con el rey Luis XIV.

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