Recuerdo que cuando era pequeña mi madre me hacía ponerme una semana antes del estreno, durante todos los días, los zapatos que me compraban para algún acontecimiento o para el colegio. Decía que había que “domarlos”. Y durante todo ese proceso de “doma” también recuerdo las rozaduras que me salían en los pies.
¿Los zapatos eran pequeños? NO. Es que al principio alguna piel viene más endurecida y hay que irla adaptando a la forma de nuestros pies.
Para eso tenemos una solución perfecta. Aplicar un spray dilatador generosamente por todo el interior del zapato y seguidamente usarlos. Si fuera necesario, porque nuestra jornada con los zapatos fuera larga, podemos repetir la aplicación.
Poco a poco los iremos “domando” –por utilizar esa expresión tan popular- sin haber sufrido nuestros pies las consecuencias.
Esto se hace especialmente necesario con el calzado de verano una vez que ya no se usan las medias o calcetines.
El dilatador de calzado no es aplicable en los zapatos de material ya que el plástico es “indomable” para nuestros pies. Tengamos en cuenta esto.
Comentarios
Publicar un comentario